domingo, 29 de abril de 2007

Historias de café (Pilar A.)

Lo veo cada tarde en el "Café del Sur", después de la comida. Debe tener unos cuarenta años, va trajeado, bien vestido, siempre está solo, sentado en la mesa del rincón, con su café sin empezar y el cenicero atiborrado de cigarrillos apagados a medio fumar.

Se pasa el tiempo dibujando cicurlitos con su cigarro en el fondo del cenicero, con la mirada absorta en el movimiento de su mano. Algunas veces se para, saca un bolígrafo del bolsillo de su chaqueta y escribe algo en una servilleta de papel, mira al techo como intentando encontrar la palabra adecuada, otras veces niega con la cabeza y tacha con rabia lo ya escrito, cuando termina dobla el papelito con cuidado y lo guarda en el bolsillo exterior de su portafolios de piel marrón.

Hoy lo he visto con el semblante triste, preocupado, hablando con la camarera, frotándose las manos, nervioso, se lamentaba de haber perdido la cartera:

-Había escrito mi vida en esos papeles, ha dicho, y los he perdido y lo peor es que ya no recuerdo lo que decían, ya no recuerdo lo que soñé, pero lo había escrito-.

1 comentario:

Liliana V. dijo...

Muy buen blog Maikel, me encantó leer tus cosas y las de numerosos amigos de quienes conozco su gran talento.
Un beso.
Liliana