miércoles, 14 de febrero de 2007

La casa



Me gustaba aquella casa

que seguía levantándose sola

a propósito del yeso y las piedras

sin pensar en otros

motivos más líricos

por ejemplo

y a pesar de que los ejemplos los puso todos mi maestro

sostener la enredadera

los trepadores insectos

las umbrías grietas donde pende un huevo de araña

levantándose sola

copiándose a ella misma

insistiendo

contra la presión atmosférica

ignorante del principio de Arquímedes

de la mierda, de los polvos rosas, del merengue,

solo el recuerdo de esos arcos

que solo darían ahora paso al fantasma

del hombre elefante

me gustaba y me gusta

aunque solo sea para incordiar

y esas alfombras verdes volantes no identificadas

imposibles a la genuflexión

y variados olores vegetales

que no están en la enciclopedia del perfume


Miguel Sanchez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Apoteótico, supimpa, fantástico,soberbio, macanudo, legal!
Víctor Barrionuevo
São Paulo, Brasil (con "s")

Anabel dijo...

En tu línea, Miguel, genial. Y además nos regalas una ilustración. ¿Qué más se puede pedir para inaugurar un blog?